A pocos kilómetros del centro de la ciudad y de la oficina de turismo, se encuentra el castillo de Monbazillac.
Visible desde la carretera que conduce a sus puertas, este edificio protegido del siglo XVI dio su nombre a un pueblo famoso por sus vinos.
El castillo de Monbazillac fue declarado monumento histórico por decreto de 20 de febrero de 1941.
Pepita de oro turística, el recinto está abierto a los visitantes y ofrece un espacio de 300 m2 dedicado al descubrimiento de la viticultura, así como diversas exposiciones y eventos para las familias en verano.